LA CABEZA Y EL ROSTRO

En masaje de la cabeza y el rostro arrastra sentimientos negativos, restablece la suavidad dentro de uno mismo, suaviza la expresión facial y restituye la belleza natural.

El rostro es la zona más delicada y sutil, la que requiere mayor delicadeza y un sentido del tacto más elevado.
El rostro es el espejo del alma o su mejor máscara. Se trabajará el rostro no sólo como un medio de relajación sino como un medio de transformación del YO.

Centro de la frente: una importante zona emocional y reflejo del intestino delgado, vejiga e hígado. Puede albergar emociones de ira, frustración y enfado. Trabajar esta zona relaja la mente.

Párpados y sienes: áreas reflejas de la vesícula biliar que funciona en sinergia con el hígado. Cuando estamos nerviosos los párpados vibran, tiemblan. En las sienes golpea la sangre encolerizada. El masaje es esta zona proporciona serenidad, calma y mejor ajuste consigo mismo.

La punta de la barbilla: zona refleja genital y el contorno de labios relacionado con las apetencias.

Mandíbula: ligada a la agresividad tanto física como verbal, a la expresión de enfado. La represión hace que se aprieten los dientes, con el fin de eliminar todo riesgo de agredir.

Cabeza: El masaje en la frente proporciona calma. El de la parte posterior del cráneo, protección, el de la nuca, impresión de estar apoyado, el de los huesos temporales, sensación de ser comprendido.

Para descargar esta zona individualmente y de forma energética, usaremos los aceites esenciales de: rosa búlgara, neroli, petit grain, manzanilla e incienso.

UN MASAJE ENERGÉTICO AROMATERAPÉUTICO AYUDA EN EL PROCESO DE INTEGRACIÓN, NO SÓLO COMO ESQUEMA CORPORAL, SINO COMO UNA MEJORA EN LA INTEGRACIÓN CUERPO-MENTE-ESPÍRITU.

“ Los aromas dulces son vehículos veloces de dulcísimos pensamientos.”
Walter Savage Landor (1775-1864)